Un libro es sabiduría

Cincuenta sombras de Grey ¿Quieres un Christian Grey en tu vida?

50 sombras de Grey

La primera vez que escuché decir a una amiga «quiero un  Grey en mi vida» no tenía ni idea de lo que estaba hablando, pero no fue la primera ni la última que dijo «yo con un Grey sería feliz«.  Aquel verano se había producido una verdadera revolución entre chicas jóvenes y no tan jóvenes, alrededor de un tal «Christian Grey», y de una novela erótica «Cincuenta sombras de Grey» que estaba barriendo entre las mujeres. Casualmente todas la habían leído menos yo.

Una mañana, llegó a casa, un comercial del «Círculo de Lectores» (que existe desde que tengo uso de razón),  con el que tras conversar un rato, se quedó «asustado» cuando le dije que no había leído  «Cincuenta sombras de Grey»,  ni sentía ningún interés en ella, pero como la novela se volvía famosa incluso entre los hombres, decidí empezar a leerla,  aunque no muy convencida.

Cincuenta páginas aproximadamente después, me sentía incapaz de seguir leyendo la novela y tras sentirme decepcionada y no entender cómo aquel libro se estaba convirtiendo en récord de ventas, me callaba cuando gente que me constaba que no había leído en su vida (ni jamás se había interesado por la literatura), manifestaba alucinada que «Cincuenta sombras de Grey» era una novela excepcionalmente buena. Buena respecto de qué y en qué sentido.

Después llegó la película, que me empeñé en ver, no se muy bien si por morbo o por intentar descartar que yo era la excepción que confirma la regla,  y la decepción fue la misma, aunque eso sí, y siendo sincera, he de decir que la vi hasta el final.

«CINCUENTA SOMBRAS DE GREY» ha recibido el Premio Razzie a la peor película de cine estrenada el pasado año 2.015, aunque eso no signifique realmente nada.  El libro de los gustos está en blanco.

Lo peor, desde mi modesta opinión, es que su autora, una mujer británica (no sé qué hubiera pasado si el autor hubiera sido un hombre, probablemente lo habrían quemado en la hoguera), continuó escribiendo tres novelas más,  «Cincuenta sombras mas oscuras» (que se estrena en cine el día 10 de Febrero de 2.017) y «Cincuenta sombras liberadas», que no estoy interesada en leer.

«Cincuenta sombras de Grey» narra la relación entre Anastasia Steele, una recién graduada de la universidad y Christian Grey, un joven y atractivo  (casi rozando una perfección que no existe) magnate de negocios.  Se destaca por sus escenas explícitamente eróticas, con elementos de las prácticas sexuales que involucran bondage, esclavitud, posesión, disciplina, dominación, sumisión, sadismo, masoquismo, y no se cuantas aberraciones más, todo ello dentro de un marco «idílico».

Desde luego la polémica estaba servida pero el problema no es la temática de las novelas, pues estás en tu derecho a leerlas o no leerlas ni en las películas de cine, pues con no verlas basta, sino en el trasfondo de tratar «entre algodones» como si se tratara de una relación «sana» de pareja (entiéndase como «sana» la que se mantiene entre dos personas en igualdad de condiciones), una problemática tan cruel y extendida como es el maltrato, que estamos obligados a denunciar.

Conozco muchas chicas, la mayoría jóvenes, demasiado jóvenes, que viven sus particulares historias de «amor» con sus parejas y que han aceptado que las situaciones y vivencias  que se narran en «Cincuenta sombras de Grey» se conviertan en su vida cotidiana, y están convencidas de que sus «Grey» son los hombres de sus vidas.

Mujeres que han dejado que les anulen su voluntad y su derecho a decidir por sí mismas lo que quieren o no quieren, porque  creen que no hay nada más allá.  Mujeres que sienten que se merecen lo que reciben porque no son buenas.  Mujeres que han sido completamente anuladas como personas y que probablemente nunca lleguen a conocer la verdadera felicidad.  Mujeres que creen ser felices cuando lo que reciben es desprecio hacia ellas. Mujeres que se acaban quedando solas pues es la única forma de mantenerlas atadas y que no abran los ojos a la cruda realidad.

El maltrato físico y psicológico hacia la mujer es una problemática real y cruel (no quiero dejar de mencionar que también los hombres son maltratados y que tampoco deben callar porque socialmente esté mal visto) que hay que parar y para ello la única que tiene que reaccionar y decir «basta ya» eres tú.

De todas formas y para terminar, he de decir que respeto a quien le haya gustado la trilogía pero que existen otras muchas obras literarias que te abrirán los ojos a nuevos mundos y que no debes dejar de leer nunca, pues te harán sentir realmente viva.

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