Los Corazones Rojos, de Virginia Luna

Hola de nuevo.

Y vuelvo para hablaros de un cuento muy, muy especial para mi, con tapas y hojas de papel.

Detrás del seudónimo de Virginia Luna hay una mujer ejemplar, simpática, encantadora, amiga de sus amig@s, una auténtica profesional, escritora  vocacional, madre maravillosa, y creo que me quedo sin palabras para describirla, a la que tengo el placer de conocer y con la que he compartido buenos y no tan buenos ratos. Nosotras nos entendemos.  Besos Virginia.

En Enero de 2.013 publicó y dedicó un ejemplar de su cuento LOS CORAZONES ROJOS (con Ilustraciones de Elisa Hormigo Moreno) a mi hija Lucía que conserva el ejemplar como su mayor tesoro y que acaba de dármelo para que escriba. Y eso es precisamente lo que hago.

Los corazones rojos

El cuento está escrito para los corazones rojos más importantes de la vida de Virginia, sus hijos, Carlos, Cristi y Dani, que son su motor y su inspiración.

Y la historia va de eso…de corazones….y de colores…

Todos tenemos un corazón que late en nuestro pecho pero el corazón rojo es con el que nos amamos y nunca se rompe. El corazón rojo de los niños crece con el amor, sobre todo de sus papas (y de las personas que los quieren).

Pero cuando nos hacemos mayores nos damos cuenta, a veces, que también podemos tener un pequeño corazón verde imaginario, que los niños no conocen porque son pequeños. Dos corazones verdes, a veces pueden encajar, como si fueran las piezas de un puzzle, pero también son frágiles y hay que regarlos y cuidarlos para que sigan encajando y no se rompan.

Cuando se comparten dos corazones verdes significa que hay amor, felicidad, y de esos corazones viene la magia de  los hijos. Los enamorados regalan con muchísima ilusión un pedacito de su corazón rojo a sus hijos para que ellos nazcan también con un corazoncito rojo. El corazón rojo es mágico y fuerte y sirve para AMAR. NUNCA SE ROMPE

Una historia para pequeños y mayores de la que todos tenemos algo que aprender.

Cuando tu hijo o hija pequeño/a te pregunte, mamá (o papá) ¿por qué papá (o mamá) se ha marchado de casa?. Puedes contarle esta historia y podrás decirle: Porque se me rompió el corazón.

LLegados a este punto, es fácil adivinar de qué va este cuento. De lo difícil que lo tienen tanto el padre como la madre para explicar a sus hijos pequeños por qué se han separado o divorciado y ya no están juntos.

Porque tendemos a olvidar con cierta facilidad que el problema no está en la guerra que mantenga la pareja, en la casa ni en la hipoteca, ni en la pensión alimenticia, ni en que en mi cama no duerme ningún hombre que no sea yo…o a esa no la llama mamá mi hijo/a porque madre no hay más que una….. sino en el corazón rojo del pequeño.

Ese niño que sufre y parece una pelota de un lado a otro pero que es, no lo olviden nunca, el interés más necesitado de protección.

El pequeño que sufre en silencio y llora sin que lo vean y se siente solo y abandonado y no debéis moralmente usarlo jamás, si os queda algo de corazón rojo y decencia, como moneda de cambio, en ninguna disputa entre dos adultos.

Piensen bien el daño que van a causar a sus hijos antes de iniciar una guerra. Quede claro y aprendan a comportarse. Por favor, acepten el consejo.

Uffff, que trágica me he puesto. Se nota que soy madre ¿verdad?

Gracias por seguirme y hasta la próxima.

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